Os aseguro que pensaba dejar un tiempo desde el estreno del blog para volver a publicar, convencido de que es mejor no saturar a los que me leen.
Pero lo de esta semana ha sido demasiado…
Estaba el jueves en una reunión a puerta cerrada de un «think tank» reflexionando sobre el futuro del sector energético. Compartí mesa con representantes de varias empresas y asociaciones del sector eléctrico (con fuerte presencia de las Eléctricas), políticos, Administración, consultoras…
Pues bien, al final de la reunión me quedo hablando con un representante «de peso» de las Eléctricas sobre el autoconsumo. A la tan manida afirmación de que el balance neto va camino de ser «la tercera burbuja solar» -no por mucho repetir una idea acaba siendo verdad, por más que algunos se empeñen- se añade esta vez una frase que me dejó de piedra -dos días después, como veis, sigo sin superarlo-. Se trata de que el balance neto va a causar un problema a todos aquellos consumidores que no puedan instalárselo, porque ellos van a tener que pagar lo que los que sí lo hagan se ahorren.
A mi contestación de que UNEF está defendiendo un balance neto sin subvenciones, esto es, pagando por el uso de la red en función del coste de éste, me dice que es insuficiente porque hay que mantener la «línea de flotación de las empresas» (las Eléctricas, claro).
Agradezco la aportación, porque no la he oído nunca en foros públicos y, por fin, desenmascara el verdadero problema del autoconsumo: las grandes compañías eléctricas tradicionales no están dispuestas a perder ingresos.
El asunto es más grave de lo que parece, porque no afecta solo al autoconsumo. Esta semana, la Agencia Internacional de la Energía (nada sospechosa de ser fundamentalista) publicaba su informe anual en el que destacaba que la eficiencia energética es una de las herramientas clave para nuestro futuro energético, textualmente:
«Our Efficient World Scenario shows how tackling the barriers to energy efficiency
investment can unleash this potential and realise huge gains for energy security, economic
growth and the environment. These gains are not based on achieving any major or
unexpected technological breakthroughs, but just on taking actions to remove the barriers
obstructing the implementation of energy efficiency measures that are economically viable.
Successful action to this effect would have a major impact on global energy and climate
trends, compared with the New Policies Scenario.»
En efecto, la AIE reconoce que no hay barreras tecnológicas ni económicas, sino solamente administrativas. En España, son claras: a las Eléctricas no les interesa que ahorremos energía.
Estamos ante una confrontación clásica del interés particular contra el general respecto del que nuestro Gobierno debería tomar partida. La única posición que he oído al respecto es que todas las tecnologías son necesarias y que no hace falta más potencia en el sistema.
Sin cambios en nuestro modelo productivo -en el mismo informe de la AIE se destaca que los subsidios a los combustibles fósiles son 6 veces superiores a los de las renovables- no es posible salir de la crisis.






