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Presentación Jornada Energética XXI

Aquí os dejo la presentación que realicé el 20 de noviembre en la mesa redonda de la Jornada de la revista Energética XXI sobre autoconsumo y balance neto.

La idea principal es la que conocéis: sin cambios profundos en nuestro modelo productivo no es posible salir de la crisis, por lo que, en la actual situación de exceso de generación en España, es absolutamente necesario debatir sobre si queremos o no reemplazar las actuales centrales convencionales por otras renovables.

El resumen de la jornada elaborado por la propia revista podéis consultarlo en: http://www.energetica21.com/noticia/el-consumidor-eje-central-del-nuevo-modelo-energtico

La línea de flotación (de las Eléctricas)

Os aseguro que pensaba dejar un tiempo desde el estreno del blog para volver a publicar, convencido de que es mejor no saturar a los que me leen.

Pero lo de esta semana ha sido demasiado…

Estaba el jueves en una reunión a puerta cerrada de un «think tank» reflexionando sobre el futuro del sector energético. Compartí mesa con representantes de varias empresas y asociaciones del sector eléctrico (con fuerte presencia de las Eléctricas), políticos, Administración, consultoras…

Pues bien, al final de la reunión me quedo hablando con un representante «de peso» de las Eléctricas sobre el autoconsumo. A la tan manida afirmación de que el balance neto va camino de ser «la tercera burbuja solar» -no por mucho repetir una idea acaba siendo verdad, por más que algunos se empeñen- se añade esta vez una frase que me dejó de piedra -dos días después, como veis, sigo sin superarlo-. Se trata de que el balance neto va a causar un problema a todos aquellos consumidores que no puedan instalárselo, porque ellos van a tener que pagar lo que los que sí lo hagan se ahorren.

A mi contestación de que UNEF está defendiendo un balance neto sin subvenciones, esto es, pagando por el uso de la red en función del coste de éste, me dice que es insuficiente porque hay que mantener la «línea de flotación de las empresas» (las Eléctricas, claro).

Agradezco la aportación, porque no la he oído nunca en foros públicos y, por fin, desenmascara el verdadero problema del autoconsumo: las grandes compañías eléctricas tradicionales no están dispuestas a perder ingresos.

El asunto es más grave de lo que parece, porque no afecta solo al autoconsumo. Esta semana, la Agencia Internacional de la Energía (nada sospechosa de ser fundamentalista) publicaba su informe anual en el que destacaba que la eficiencia energética es una de las herramientas clave para nuestro futuro energético, textualmente:

«Our Efficient World Scenario shows how tackling the barriers to energy efficiency
investment can unleash this potential and realise huge gains for energy security, economic
growth and the environment. These gains are not based on achieving any major or
unexpected technological breakthroughs, but just on taking actions to remove the barriers
obstructing the implementation of energy efficiency measures that are economically viable.
Successful action to this effect would have a major impact on global energy and climate
trends, compared with the New Policies Scenario.»

En efecto, la AIE reconoce que no hay barreras tecnológicas ni económicas, sino solamente administrativas. En España, son claras: a las Eléctricas no les interesa que ahorremos energía.

Estamos ante una confrontación clásica del interés particular contra el general respecto del que nuestro Gobierno debería tomar partida. La única posición que he oído al respecto es que todas las tecnologías son necesarias y que no hace falta más potencia en el sistema.

Sin cambios en nuestro modelo productivo -en el mismo informe de la AIE se destaca que los subsidios a los combustibles fósiles son 6 veces superiores a los de las renovables- no es posible salir de la crisis.

Nuevo medio, mismo fin

Inauguro con esta entrada mi bitácora en Internet. Continúo así la línea ya iniciada con mi participación en twitter, en varias asociaciones empresariales y en movimientos ciudadanos con un mismo hilo conductor: el convencimiento de que un nuevo modelo energético es posible.

Para pasar de la posibilidad a la realidad es crucial que la Sociedad exija el cambio, para lo cual debe estar previamente convencida de sus innumerables ventajas respecto del modelo energético actual.

Vivimos un momento clave para la energía, dado que algunas de las tecnologías renovables, singularmente la eólica y la fotovoltaica, están alcanzando la competitividad con las energías convencionales a pesar de que éstas siguen sin internalizar en sus precios infinidad de impactos sociales y medioambientales.

Esta convergencia en precios se ha producido por dos motivos: la espectacular reducción de costes de las tecnologías renovables y el progresivo encarecimiento de las fuentes convencionales. Nos va a llevar, sin duda, a una tercera revolución industrial que tendrá un fuerte impacto en nuestra forma de vivir.

Desafortunadamente, esta revolución no va a ser todo lo rápida que debiera, debido principalmente a los poderosos intereses económicos que hay detrás de las fuentes de energía convencionales y que llevan años destinando ingentes recursos para contaminar a la opinión pública con un único argumento que se les está viniendo abajo: que las renovables son caras.

El caso del autoconsumo fotovoltaico en España es muy significativo: En estos momentos es más barato producir energía con paneles fotovoltaicos en el tejado de los edificios que comprarla a la compañía eléctrica; pero numerosas trabas administrativas están ralentizando su desarrollo.

Ciertamente, la variabilidad en el nivel de la radiación solar exige una regulación que permita a este tipo de instalaciones exportar energía a la red en los momentos en los que la generación es mayor que el consumo para posteriormente recuperarla cuando la situación se invierte.

Esto es, se necesita que la red actúe de «colchón» como alternativa a la instalación de baterías, que, hoy por hoy, teniendo en cuenta que los excedentes instantáneos son consumidos a pocos metros del lugar de producción, resultan más caras e ineficientes.

La regulación de este sistema de colchón, denominada «balance neto» -traducción del inglés «net metering»- viene aplicándose con éxito desde hace años en varios países del mundo; pero llevamos más de un año esperando infructuosamente a que el Gobierno la apruebe en España.

Lo más grave del asunto es que en España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, el sector empresarial fotovoltaico no pide ningún tipo de ayuda o subvención para el balance neto y, por consiguiente, acepta pagar el coste correspondiente a la utilización de la red eléctrica como colchón para el intercambio de energía.

Las grandes compañías eléctricas, sin embargo, no se conforman con la imputación de este coste y pugnan para que el «abonado» eléctrico siga pagando prácticamente el mismo recibo de la luz que  tenía antes de la instalación de sus paneles, lo que se hace, a todas luces, insostenible.

Se trata, en resumen, de un mecanismo que está en condiciones de crear miles de puestos de trabajo cualificados, importante incremento de actividad económica, ahorros relevantes en las facturas de suministro de los consumidores, además de evitar importaciones de combustibles fósiles e impactos medioambientales; pero que choca de frente con el negocio tradicional de grandes compañías.

Es por tanto una guerra contra un modelo energético obsoleto de la que este canal pretende ser una de sus trincheras, tratando de mantener, eso sí, un hilo argumental técnica y económicamente fundamentado.

Gracias por tu seguimiento. Necesitamos todos los apoyos posibles.

Entrevista en suelo solar

El pasado 7 de noviembre Carlos Mateu, de Suelo Solar, me realizó una entrevista sobre el autoconsumo fotovoltaico.

Aquí os dejo el enlace.